Bajo el título “Los muertos nos hablan”, el programa intenta conocer los distintos sistemas de comunicación que miles de personas en todo el mundo utilizan para comunicarse con el más allá.
Esta es una búsqueda histórica ya que, a principios del siglo XX, dos célebres inventores a quienes debemos cruciales adelantos técnicos, Thomas Alva Edison y Guillermo Marconi, crearon respectivamente el gramófono y la radio con el íntimo propósito de comunicar con personas fallecidas.
Si lo lograron o no, nunca lo sabremos; sin embargo, en la actualidad se utilizan sus descubrimientos, y otros muchos sistemas más complejos, para tratar de conseguirlo. En “El arca secreta” se ha reproducido, con la ayuda de los más importantes expertos en la denominada “transcomunicación Instrumental”, los principales métodos para abrir un canal de comunicación con el más allá.
La historia de este fenómeno comenzó “oficialmente” en los años cincuenta del pasado siglo, cuando el documentalista sueco Friedrich Jurgenson captó por casualidad la voz de su madre fallecida en un magnetofón. La misma Iglesia católica puso en marcha un proyecto secreto, llamado Cronovisor, mediante el se que pretendían captar ecos del pasado, con sonido e imagen. Un equipo del programa se trasladó a París donde el sacerdote y escritor François Brune da cuenta de estas actividades
Pero quizá el caso más sorprendente que se ha dado hasta la fecha en el mundo sea el de Chiara Lenzi, una joven italiana que se suicidó por amor, y cuyo padre logró comunicarse con ella por medio de la vieja radio de válvulas de Marcello Bacci.
Clara Tahoces, experta en captación de psicofonías, intrusiones en el registro de audio de voces o sonidos que no estaban presentes durante la grabación, acompaña al programa hasta un lugar con fama de fenómenos paranormales: un tramo recto de carretera, con excelente visibilidad, en Las Hurdes, Extremadura. En esta experiencia también contamos con la ayuda del profesor del CSIC, José Luis Valbuena, que construyó para el programa una pequeña cámara anecoica, en la que se aislan los micrófonos de las grabadoras de los posibles ruidos externos.
Además, “El arca secreta” pone a prueba el registro de psicoimágenes, figuras que , en ocasiones, aparecen en las grabaciones de vídeo cuando la cámara apunta directamente a una pantalla de televisión en circuito cerrado; y prueba el sistema conocido como de “circuito abierto”, en las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza, en Burgos.
En Las Hurdes captamos algunas voces que parecían humanas. También sonidos incongruentes, como un timbre en medio de la noche. Y las psicoimágenes nos ofrecen figuras tenues, sujetas a interpretación, pero que están ahí.
Sin embargo, es el caso de Chiara Lenzi el que no deja lugar a dudas. Las voces captadas por la radio de Marcello Bacci, y analizadas en Bolonia por Michele Dinicastro mediante programas informáticos de reconocimiento de voz, empleados por la policía italiana, coinciden en más de un noventa por ciento. Una prueba tan espectacular que podría servir ante un tribunal de justicia.
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