El reportaje "Honduras: manual para un golpe de Estado", retrata la vida de los hondureños bajo el toque de queda y refleja las consecuencias de declarar un estado de excepción en el país.
Ni siquiera los propios hondureños se ponen de acuerdo si su país ha sufrido un golpe de Estado o no. La mitad de la población apoya al presidente constitucional Manuel Zelaya, al que unos militares sacaron una noche de su cama en pijama y enviaron a Costa Rica. El mismo que volvió clandestinamente al país y está hora refugiado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. La otra mitad de la población de Honduras, sin embargo, cree que Zelaya debía ser apartado del poder antes de que se convirtiera en una especie de dictador. Que su sustituto Roberto Micheletti no es un golpista sino un sucesor constitucional, y que el Ejército hizo bien en sacarlo del país a las bravas.
Jon Sistiaga viaja a Honduras, el segundo país más pobre de América después de Haiti, para hablar con los protagonistas de esta opereta política. Dos de cada tres hondureños viven con un solo euro al día y la mitad de los niños sufren desnutrición, pero en la capital, el ex presidente Zelaya, ese populista de derechas que luego hizo populismo de izquierdas, y su sucesor Micheletti, el político que llegó a la presidencia de rebote, se empeñan en olvidarse del país mientras discuten quien de los dos es más golpista.
"Honduras sufre una dictadura", clama Zelaya desde la Embajada. "Yo no soy un golpista, lo mío es una sucesión constitucional", le dice Micheletti a Sistiaga. Sistiaga entrevista al militar que organizó el golpe y mando a sus hombre a palacio... "Me quieres emboscar", le dice el general Vásquez al reportero cuando este le pregunta si el dio la orden de arrestar al presidente...
Nuevamente otro excelente reportaje del periodista Jon Sistiaga.
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