El discurso de esperanza de Martin Luther King chocaba con la realidad racista del viejo sur. Pero existía un lugar para soñar por la integración ese lugar era la música. En los años sesenta nacería la Motown fábrica de canciones de éxito y artistas como Diana Ross y Las Supremes. Sam Cooke el chico de oro del gospel proporcionaría un himno definitivo “A change is gonna come” “un cambio está por llegar”.
En los años 70 la fiebre de la música disco ayudará a olvidar la crisis económica. Lejos de “Studio 54 y “Fiebre de sábado noche” en el rincón más pobre de América, el Bronx, aparecería un nuevo ritmo, el Hip- Hop. En los 80 la realidad del ghetto se expresaba a través del rap, con grupos como Public Enemy. Las cadenas de oro de los grupos de los 90 sustituyeron a las cadenas de hierro de los esclavos del sur..
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