Documental: Asesinos en serie.

En este documental se realiza un estudio psicológico de las zonas más oscuras de la mente humana. Tres de los asesinos en serie más famosos de la historia de EEUU desvelan los impulsos que les llevaron a cometer sus crímenes.

En los tres casos aparece la infancia como la etapa en la que se fraguó la personalidad del asesino, la de Edmun Kemper, fue terrible: maltratado por su madre y hermanas. Roderick Justin Ferrel se educó con unos abuelos muy religiosos y depravados, que le introdujeron en rituales ocultistas, donde le violaron; Gerard John Schaeffer detestaba a su padre, por serle infiel a su esposa, mientras que él mantenía una relación íntima con su propia madre. Unas infancias terribles y su precocidad criminal son el nexo común de las tres historias.

Edmun Kemper comenzó su carrera como asesino a la edad de quince años, cuando mató a sus abuelos. Pasó seis años en un hospital psiquiátrico, donde los médicos no detectaron que se trataba de un asesino que terminaría reincidiendo antes o después y cuando volvió a la calle acabó con la vida de seis chicas autostopistas en un período de seis meses.

‘Le aplasté el cráneo y luego la degollé’ recuerda el propio Kemper del momento en que mató a su madre, para más tarde reconocer que ‘había tenido un orgasmo mientras mataba a la amiga de su madre’. Sus crímenes y su gigantesca presencia (130 kilos y 2,15 m. de altura) le valieron el apodo de ‘el ogro de santa cruz’.

Schaeffer, era sheriff en florida, el cual utilizaba su cargo para acercarse a sus víctimas. Fue condenado por matar a treinta y dos personas, aunque posteriormente se amplió la cifra a un centenar más. ‘Tú no lo comprendes porque no eres asesino en serie’, le dijo a una amiga de la infancia que le preguntaba el por qué de sus crímenes. Schaeffer fue asesinado de cuarenta puñaladas por otro preso mientras cumplía condena.

Ferrel es el preso más joven condenado a muerte en la historia de florida. Su debut fue a los dieciséis años con un doble asesinato de una violencia extrema. ‘Le excitó y le hizo sentirse importante. Habría matado a más personas’, explican los expertos, está en prisión porque, precisamente por su juventud, le conmutaron la sentencia de pena de muerte por cadena perpetua. .

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